Un pony

El minotauro brama al cielo, la masa deforme de sus músculos se tensa salvajemente contra las cadenas. Aterrada, la niña da un paso atrás. El héroe la sostiene, se quita el yelmo y le sonríe.
- No le tengáis miedo, alteza. No puede haceros daño. Ahora es vuestro cautivo, un regalo por vuestro décimo cumpleaños.
El monstruo, desbocado, cocea el suelo tan fuerte que la niña siente el temblor en sus dientes.
- Tardamos meses y perdimos a buenos hombres para capturarlo, pero ahora es vuestro.
La pequeña, temblando, aparta la vista de las fauces humeantes.
Sinceramente, ella hubiera preferido un pony.




1 comentario:

Unknown dijo...

YO QUIERO UN MINOTAURO