La Ley



Presidente, gracias por atenderme. Sé que estás ocupado. Solo quería hacerte un comentario sobre la votación. Te cuento en confianza: tuve a la niña de Erasmus en Italia. Te prometo que es un ángel. Pero se echó un novio gilipollas y hace dos meses nos apareció con un bombo. Presidente, yo siempre había tenido otra opinión, pero in situ, no vi otra salida que proteger su futuro. Por eso ahora, a nivel ético, me sabe mal votar la ley.
Yo preferiría ausentarme ese día.
Pero solo si tú estás de acuerdo.
Que tampoco pretendo anteponer temas personales al servicio público.

No hay comentarios: