Luto


El glorioso domingo que ganaron su primer partido de la temporada, llevaban los brazaletes negros en señal de luto por el expresidente del club.
Siguieron cuatro estrepitosas derrotas, nada inusual, hasta la jornada que volvieron los brazaletes, esta vez por la abuela del utillero. El partido fue un festival: regates memorables, cinco goles maravillosos y bailecitos absurdos en la banda.
Pero las siguientes seis derrotas aniquilaron cualquier optimismo. Finalmente alguien verbalizó la conexión, sugiriendo la posibilidad de llevar luto en el partido clave del domingo.
Fue el portero, ceñudo y pragmático, quién se atrevió a decirlo:
- Pues necesitamos un muerto.

No hay comentarios: