Toma aire y da una patada a la puerta, el comienzo de todo.
Un segundo después, apunta con un arma falsa a los hombres de la mesa.
Un minuto después, corre cargando la bolsa negra.
Una hora después, con un volantazo esquiva al coche que le embiste.
Un día después, rapado al cero, se afeita apresuradamente la barba.
Una semana después, come un horrible tajín en Marruecos, vigilando la calle.
Un mes después, insomne, contempla el ventilador girar.
Un año después, alguien dice su nombre a su espalda.
Cierra los ojos. Nunca imaginó que este momento también traería el alivio.
Un segundo después, apunta con un arma falsa a los hombres de la mesa.
Un minuto después, corre cargando la bolsa negra.
Una hora después, con un volantazo esquiva al coche que le embiste.
Un día después, rapado al cero, se afeita apresuradamente la barba.
Una semana después, come un horrible tajín en Marruecos, vigilando la calle.
Un mes después, insomne, contempla el ventilador girar.
Un año después, alguien dice su nombre a su espalda.
Cierra los ojos. Nunca imaginó que este momento también traería el alivio.
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