- Cariño, cuando estaba atrapada en el
incendio, muerta de miedo… solo pude pensar en Ramón.
- ¿Ramón?¿Tu hermano?
- No, mi ex novio. El de Cartagena.
Los
sonidos desde la plaza enmarcan el largo silencio en la cocina. Él contempla la
nevera, perdido, mascando una furia doméstica. A ella le sorprende la inesperada
emoción de una novedad entre ellos. Su hermana tiene todas esas historias de
romances en la playa. Ahora ella tiene algo propio. Eso le basta.
Sus
sombras hacen todo el recorrido por los azulejos, los sonidos del barrio se
apagan lentamente.
- Jose,
¿quieres cenar?
- Vale.
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