El cocinero eviscera el pez fugu con la serena paciencia que aplica a todos los aspectos de su vida.
Desprende la piel, retira el hígado y los ovarios, asegurándose de conservar la dosis correcta. Una pequeña cantidad del veneno del pez produce un ligero hormigueo en la boca, una extraña y deseada sensación. En manos inadecuadas su tetradotoxina mantiene a la víctima consciente hasta la irreversible muerte por asfixia.
Hoy prepara fugu para el amante de su mujer.
Concienzudo, se asegura de que la dosis sea correcta, con la serena paciencia que aplica a todos los aspectos de su vida.
Desprende la piel, retira el hígado y los ovarios, asegurándose de conservar la dosis correcta. Una pequeña cantidad del veneno del pez produce un ligero hormigueo en la boca, una extraña y deseada sensación. En manos inadecuadas su tetradotoxina mantiene a la víctima consciente hasta la irreversible muerte por asfixia.
Hoy prepara fugu para el amante de su mujer.
Concienzudo, se asegura de que la dosis sea correcta, con la serena paciencia que aplica a todos los aspectos de su vida.
2 comentarios:
eviscerar es palabra maravillosa. Mucho mejor que vivisección, que es cercana aunque no lo mismo. Combinémosla con otras palabras maravillosas.
¡Evisceremos un nictálope!
Nictápole es una palabra preciosa, me la apunto, gracias.
Ayer leí un galicismo que me encantó: colaje (por collage), pero ninguna como las que inventan mis hijos. Una de las mejores: pistolar.
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